Hace poco participé en el retiro Re-Balance, en las Catalinas. Durante los primeros días pasé preguntándome, ¿por qué estoy aquí? Me lo preguntaba porque la manera en la que había terminado siendo parte del retiro fue muy inesperada, pero al mismo tiempo muy fácil, o cómo que solo fluyó. La mayoría de las que estábamos ahí éramos mujeres, así que la energía femenina se sentía bastante. Esto es algo que me encanta, amo la energía femenina, me parece muy poderosa. Dentro de las chicas había varias mamás, por lo que me vi envuelta en conversaciones relacionadas con la maternidad, mucho más que en cualquier momento de mi vida. Yo no soy mamá, pero quiero serlo algún día. Creo que parte de ser mujer y estar conectada con esta energía materna, no solo tiene que ver con estar embarazada y dar a luz un ser humano. Creo que tiene que ver con la energía creativa, con la capacidad de dar vida y creación a cosas y proyectos. También la relaciono con este sentimiento que tengo de querer ‘cuidar’ a seres que siento que necesitan ser cuidados. Y con este instinto de proteger a los que siento que están en una posición vulnerable. No soy mamá de un ser humano, pero soy mamá de la vida.
(Quiero abrir un paréntesis y decir lo mucho que me encanta esta frase: dar a luz. Envuelve tan bien nuestra capacidad femenina de hacer exactamente eso: dar luz).
Esto es algo que siempre había tenido claro. Ser mujer, significa dar vida. Ser mujer significa que somos un portal de una dimensión a otra. Ser mujer es poder llevar una idea a algo tangible. Siempre había relacionado la energía femenina con dar vida. En este retiro entendí que ser mujer también significa dar muerte.
Las conversaciones sobre la maternidad también tocaron el tema de las perdidas. Yo no tenía tan consciente lo común que es tener una o más perdidas. En ese momento me pregunté ¿Por qué este no es un tema del cual se hable más? ¿Por qué no hablamos más sobre el hecho de que ser mujer también significa ser un vehículo por el cual pasa una muerte? Empecé a pensar que la respuesta a estas preguntas era: porque cómo sociedad nos encargamos de volver los temas que son difíciles de digerir, un tabú. Entonces es más fácil no hablarlo, pero esto no significa que no sea una realidad. La energía femenina es muy poderosa.
Ser mujer significa ser vulnerable y por ende ser fuertes. La vulnerabilidad no es un tema fácil y a menudo confundimos ser vulnerable con ser débil. Cuando es completamente lo apuesto. Ser vulnerable es tema de valientes. Mi definición de vulnerabilidad es dejarnos ser, sentir y experimentar. Ser vulnerable es enfrentar y no evitar. Es recibir lo que la vida tenga para darnos con brazos y corazón abierto. Cuando somos mujeres, aceptamos que con nuestra capacidad de dar vida (no solo vida humana), viene su polaridad, también vamos a dar muerte. No existe sol sin luna, luz sin oscuridad y vida sin muerte.
Hacer las paces con la muerte es algo que a nuestra cualidad humana le cuesta y creo que todo tiene que ver con el apego. Con el paso de los años he logrado entender que la muerte significa solo dejar el cuerpo, y que es simplemente otro paso más en la vida. Para mí este retiro fue entender que amar mi energía femenina, amar mi capacidad de dar vida, amar la posibilidad de algún día ser mamá, significa amar y honrar que también voy a dar muerte.
Adriana Morales es una diseñadora gráfica que escribe. Y también abraza. Cree que los abrazos pueden curar casi cualquier cosa. Le gusta escribir, abrazar y el mar. Escribir la libera. El mar la limpia. Y los abrazos la sanan.
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