Siempre di mi ciclo menstrual por un hecho. Nunca lo analicé y suponía que era regular, suponía que mis menstruaciones eran normales, suponía que ovulaba, suponía que los dolores eran normales… siempre suponía. Tomé pastillas anticonceptivas por varios años para evitar un embarazo y, tengo que admitir que, cuando las dejé caí en cuenta de que no sabía cómo funcionaba mi ciclo. Fue hasta que descubrí el Método Sintotérmico que realmente empecé a conocer mi cuerpo y entender todo lo que pasaba, y ¡wow! me sorprendí muchísimo de la cantidad de cosas que no sabía sobre mi ciclo. Esta es información básica que nadie nos enseña. Por esta razón, decidí certificarme como educadora para poder enseñarle a más mujeres este método que me cambió la vida. Así nació Sincronía Femenina.
¿Qué es el Método Sintotérmico? Es un método científicamente comprobado con el cual observamos diariamente las señales que nos da nuestro cuerpo (biomarcadores) – como el moco cervical, temperatura basal corporal, hormona LH y posición del cérvix – para determinar en cuál fase del ciclo estamos y así poderlo analizar. Con uso correcto es hasta 99.6% efectivo.
¿Cómo funciona? Analizamos y entendemos una sincronía de eventos maravillosa. El cerebro y los ovarios están en constante comunicación durante un ciclo natural (sin anticoncepción hormonal). Nuestras hormonas reproductivas cambian durante el ciclo, y estos cambios los podemos ver directamente reflejados en los biomarcadores. A grandes rasgos funciona de la siguiente manera. El cerebro produce la hormona folículo estimulante (FSH), la cual envía una señal a los ovarios para comenzar a producir estrógeno, y así desarrollar los folículos unos días después de la menstruación. Esto causa la producción de moco cervical – nuestro biomarcador principal ya que abre y cierra la fase ovulatoria, nuestra fase fértil –. Una vez el folículo está maduro, el cerebro vuelve a enviar otro mensaje a los ovarios por medio de la hormona Luteinizante (LH). Ella desencadena la liberación del óvulo del ovario – la ovulación – y la formación del cuerpo lúteo. Las pruebas de hormona LH nos ayudan a entender cuándo suben los niveles de esta hormona, que indican que la ovulación está cerca. Son un biomarcador secundario ya que por sí solas no nos dicen mucho, debemos utilizarlas junto con los otros biomarcadores. Una vez liberado el óvulo, el saquito que lo contenía – el cuerpo lúteo – comienza a producir progesterona. Aquí es donde entra la temperatura basal corporal. Antes de la ovulación nuestras temperaturas se van a mantener en un rango más bajo, y una vez que ovulamos, la temperatura aumenta y se mantiene así aproximadamente entre 9 y 16 días hasta que nos viene la menstruación – si no hay embarazo –. Este tiempo es lo que se conoce como la fase lútea. La progesterona tiene un efecto termogénico en el cuerpo causando este aumento de temperatura en preparación para un posible embarazo. Por último, tenemos la posición del cérvix – otro biomarcador secundario y opcional. El estrógeno y la progesterona influencian su posición, textura y apertura – cambiándolo de duro, bajo y cerrado, a suave, alto y abierto cerca de la ovulación –.
Debemos seguir una serie de reglas para analizar todos los biomarcadores y así poder comprender verdaderamente qué está pasando, confirmar la ovulación – que es el evento principal del ciclo y no se puede predecir – y que sea un método efectivo. Lo recomendado es aprenderlo de la mano de una educadora certificada.
Con esta información que observamos diariamente podemos tomar decisiones informadas como evitar un embarazo, quedar embarazada, o tener la información de nuestro ciclo como un reflejo de nuestra salud – ya que el ciclo es considerado nuestro quinto signo vital – y poder buscar ayuda médica en caso de ser necesario. Y ¡no!, no es el método del Ritmo.
Comencé a usarlo unos meses antes de buscar un embarazo. Quería conocer mis ciclos y poder identificar mi ventana fértil – ya que no somos fértiles todos los días. ¡Qué poco sabía sobre mi cuerpo! Este conocimiento me iba preparando para lo que no sabía que me esperaba.
A los 7 meses de tratar, le comenté a mi ginecólogo que creía que algo estaba pasando porque no quedábamos embarazados y él me respondió: “Tranquila, relájese y va a ver que ahorita queda. Hasta el año es normal. Tenga relaciones 3 veces por semana todo el mes…” Me quedé fría con esa respuesta.
Yo le había explicado que sabía cuándo era mi ventana fértil, y al usar un método del reconocimiento de la fertilidad el tiempo se reduce a 6 meses, ya que sabemos identificar nuestras fases y no es a la suerte. Así que, primero: tener relaciones todo el mes no tiene sentido ya que somos fértiles aproximadamente de 6 a 9 días, no todo el mes. Y segundo: relajarse cuando uno quiere ese embarazo y no pasa no es nada fácil, por no decir imposible. Cada fin de ciclo para mi era un duelo, y se iba poniendo peor conforme pasaba el tiempo. A los 3 meses de esa primera cita me mandó los exámenes que tanto le pedí para ver cómo estábamos mi esposo y yo, y con los resultados me dijo que todo estaba normal.
Me quedé un poco más tranquila, pero en el fondo yo sabía que había algo. Con el Método Sintotérmico podemos saber si estamos embarazadas sin necesidad de hacer un montón de pruebas todos los ciclos que lo confirmen. Mis gráficos no mostraban una temperatura alta sostenida por más días durante la fase lútea que indica un embarazo y que yo tanto anhelaba ver. Para ese entonces ya había pasado año y medio, aproximadamente 18 ciclos, de identificar mi ventana fértil, confirmar ovulación yentender cuándo iba a llegar mi menstruación.
Le propuse a mi esposo que buscáramos un especialista porque yo estaba muy segura de mi ventana fértil y mis ciclos. Seguía firme en que tanto tiempo no era normal ni cuestión de relajarnos; además, estaba emocionalmente por el suelo, necesitaba una respuesta. Encontramos a una ginecóloga especialista en endocrinología reproductiva y nos mandó varios exámenes más especializados. Los resultados nos dieron la respuesta que yo intuía por todo ese tiempo: sí estaba pasando algo. Mi esposo tenía un desbalance hormonal que estaba afectando la cantidad y calidad de los espermatozoides. Le mandó tratamiento y nos recomendó hacer inseminaciones.
Seguí graficando mis ciclos para tener el registro, y tuve la oportunidad de confirmar la efectividad del método al ver en ultrasonidos el crecimiento del folículo y cómo iba cambiando el moco cervical a causa del estrógeno producido por este crecimiento. Una vez que ovulé, también tuve la oportunidad de ver el cuerpo lúteo en otro ultrasonido, y el cambio de temperatura producido por la progesterona que estegeneraba reflejada en mi gráfico. Tuvimos ese positivo tan anhelado a la tercera inseminación, dos años después de haber empezado todo el proceso.
El conocer mi cuerpo y graficar mis ciclos me empoderó a no quedarme tranquila con la respuesta de un doctor, a seguir investigando y buscando, a escuchar y a confiar en mi voz interna. El poder que adquirí al conocerme y ver que yo sí podía ser vocera de mi propia salud fue impresionante.
Por años escuché que los métodos anticonceptivos hormonales eran los únicos que existían para evitar un embarazo. Hoy se por experiencia que no es así. Los Métodos del Reconocimiento de la Fertilidad son una opción más que tenemos para gestionar nuestra fertilidad y salud de manera natural, efectiva y sin efectos secundarios. Yo lo usé para buscar un embarazo y ahora lo uso para evitarlo y monitorear mi salud.
Si te interesa saber más, te invito a mi página Sincronía Femenina.
Un abrazo,
Mile
Milena López es Diseñadora Publicitaria y Educadora de métodos del reconocimiento de la fertilidad certificada por FEMM (Fertility Education & Medical Management).
Empezó a usar el Método Sintotérmico hace cuatro años para conocer a fondo su ciclo menstrual. Al darse cuenta del gran desconocimiento que tenía – y tenían las mujeres a su alrededor – sobre su ciclo, decidió certificarse como educadora, para poder transmitir este conocimiento y empoderar a más mujeres.
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