Soy Natalia Ruiz y hoy, después de 14 años en la industria de la ingeniería, les quiero contar cómo ha sido ese viaje de evolución para mí como profesional, como persona y, sobre todo, como mujer en esta era digital.
Todo marchaba “normal”. Con ‘normal’, me refiero a un trabajo del que, como ingeniera, siempre imaginaba; una industria de producción en donde veía el producto tangible. Se podía ver, tocar, medir… que si bien es cierto, usaba mucho la computadora para análisis, presentaciones, proyecciones, etc., existía por varias horas al día el trabajo de piso.
A los años, a los 7 para ser exacta, se me presenta la oportunidad de la que hoy gozo: líder de proyectos en el área de tecnología, en la cual, en la entrevista en donde me contrataron, posterior a contarles de mi experiencia y conocimientos, me preguntan: “Contanos, ¿vos qué conoces del mundo de la tecnología?” Mi respuesta fue una de las más honestas que he dado: “Sé que ‘hardware’ es lo que se toca y ‘software’ es lo que no se toca”. Mi manager de ese momento se rio montones y me dijo: “estás contratada”.
7 años, 7 años de retos tecnológicos como mujer STEM. Me puedo sentir orgullosa de que he ido contribuyendo con el cierre, cada vez menor, del sesgo que se conoce de que en este mundo, o esta industria, es más para hombres; para personas que tienen un conocimiento o una vivencia 100% tecnológica. Aún más allá, ir rompiendo el sesgo de la personalidad de las personas en Tecnología: introvertidas o con poca habilidad para socializar.
Pero, entonces, ¿Cómo he hecho para no perderme en este mundo tecnológico y era digital y no perder mi esencia? Bueno, así como en mis primeros años de ingeniería tenía un producto que tocaba, o iba a un piso de producción, hoy todo es 100% con mi computadora y apoyo con mi celular. Hoy uso todas las aplicaciones existentes para proyectos, para planificación, para optimización de recursos, pero he sido muy consciente en que, si bien es cierto, todo con la tecnología es más eficiente, nuestro cerebro, nuestro sistema nervioso y nuestras emociones no fueron diseñadas para la era digital. Aún me aferro a mi agenda física, a sesiones de trabajo presenciales con post-its y juegos, y a escribir todo aquello que puedo. Según la psiquiatra, Marian Rojas Estapé, escribir enlentece el pensamiento y ayuda a desconectar del ruido. El trazo activa zonas de la memoria y ralentiza nuestro ritmo de vida frenético.
Este mundo digital hoy es mi aliado y mi amigo. Me da la satisfacción de realizarme como profesional y de sentir éxito ahí, pero tengo claridad de que no quiero que se adueñe de mi vida ni de mi esencia, por lo que cada vez que puedo, “me le escapo”.
Natalia Ruiz es Ingeniera Industrial con especialidad en administración de proyectos, amante de trabajar con las personas y sobre todo, de su familia. Nació en Guanacaste, Costa Rica, en octubre de 1990. Trabaja en la industria financiera, específicamente en el área tecnológica. Mamá, esposa y profesional comprometida en seguir haciendo lo que tanto disfruta en esta vida.
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