Mi nombre es Eunice Rojas, y hoy les comparto cómo el ciclismo se ha convertido en una herramienta poderosa para mi empoderamiento y autodescubrimiento.
Mi conexión con la bicicleta empezó hace poco más de 10 años que me regalaron una bicicleta. Desde ese momento, sentí una pasión por este deporte y empecé a participar en eventos recreativos; luego competitivos, como La Ruta de los Conquistadores y el Trans Costa Rica. Fui seleccionada nacional en ciclismo de ruta por 2 años, Campeona Nacional en Ruta y en MTB. Además, tuve la oportunidad de participar en los Juegos Panamericanos, representando a mi país. Corrí un par de años en Guatemala y ahí hice el Reto del Quetzal.
Cómo seres humanos, queremos cada vez más retos que sean más desafiantes. Gracias a ese deseo, me inscribí el año pasado a un evento que recorre el país de frontera a frontera en modo autosuficiencia. Completé el reto de manera satisfactoria, pero no en el tiempo que me había propuesto. Por no dormir varios días durante la competencia, sufrí de alucinaciones y pérdida de memoria.
Este pasado mes de enero volví a participar por segundo año en este reto. Mi conexión con el ciclismo y la inspiración de las mujeres en este deporte se intensificaron tras el reciente récord nacional que logré en la competencia “Camino de las Mulas” en Costa Rica. A través de los pedales, encontré una voz propia, una fuerza interior que me impulsa a desafiar límites y a conquistar terrenos inexplorados. En cada giro de rueda, descubro la libertad de superar los obstáculos y la confianza para enfrentar cualquier camino que se presente.
Este logro no solo es un hito deportivo, sino también un testimonio de la resiliencia femenina y del poder transformador del ciclismo. En un mundo donde las mujeres a menudo enfrentamos desafíos adicionales, la bicicleta se convierte en un vehículo de independencia y empoderamiento. La competencia no solo es con otros, sino con mis propios límites autoimpuestos, demostrándome a mí misma que soy capaz de más de lo que imaginé.
Al recorrer Costa Rica de frontera a frontera, experimenté la conexión profunda entre el cuerpo, la mente y el entorno. Cada pedaleo era un acto de resistencia; un recordatorio de que, a través del esfuerzo y la determinación, podemos romper barreras. La naturaleza desafiante de la competencia se convirtió en una metáfora de la vida misma: impredecible, a veces difícil, pero siempre llena de oportunidades para crecer.
Este artículo no es solo sobre ciclismo; es sobre el viaje de una mujer hacia la autenticidad y el empoderamiento. Agradezco a la competencia y a cada persona que ha sido parte de mi trayecto. Pero, sobre todo, agradezco a la bicicleta por brindarme la libertad de explorar, la fortaleza para persistir y la alegría de descubrir mi verdadera fuerza.
Que este relato inspire a todas las mujeres a abrazar sus pasiones, a desafiar los límites autoimpuestos y a encontrar su propia ruta hacia el empoderamiento. ¡Pedaleemos juntas hacia la libertad!
Eunice Rojas es ciclista apasionada del deporte y de la vida. Nació en San José, Costa Rica, un 3 de marzo de 1984. Ha vivido en Uvita, Jacó, Guatemala, Ecuador y en Heredia. Conoció el MTB hace poco más de 10 años y desde entonces practica ciclismo de ruta y montaña. Ha ganado en varias ocasiones La Ruta de los Conquistadores, y varias carreras de MTB y ruta a nivel nacional e internacional. Fue seleccionada nacional en ciclismo de ruta por 2 años consecutivos.
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