Detrás de un producto o servicio hay tantas cosas que no vemos, que no imaginamos y que no sentimos. Detrás de un producto o servicio hay mucha pasión, propósito, miedos, dedicación, compromiso, estrés, aprendizajes, carcajadas, corridas, desveladas, valentía, metidas de pata, experiencia… En fin, muchas cosas que a veces no valoramos como consumidoras ni como emprendedoras.
El día a día nos consume, nos levantamos con la lista de prioridades o cosas por hacer y nos cuesta detenernos para conectar con nosotras mismas, seguimos porque tenemos que dar lo mejor de nosotras y de lo que estamos ofreciendo. Y bueno, a todo esto sumarle nuestras otras áreas de la vida (familia, amigos, otras pasiones, etc.) cuando llega el momento de haceruna pausa, queremos desconectarnos de todo y seguimos dejando de lado ese espacio con nosotras mismas.
Y es que ese espacio con nosotras mismas lo hemos desvalorizado, en múltiples aspectos. Puedo decirles que en mi caso, por mucho tiempo estuve de última última última en esa lista de prioridades, primero iba todo antes que yo (trabajo, clientes, familia, amistades, etc.).
En ese día a día me costaba realmente reconocer mi valor. Porque sé que soy buenísima gestionando proyectos, que me apasiona ayudar a las personas para que crezcan y puedan crear impacto a través de lo que hacen; las personas con las que trabajo (mi socia, clientes, aliados) me validan, confían en lo que hago, me dan el reconocimiento y agradecimiento por el trabajo realizado. Pero yo no lo estaba haciendo, porque entre el perfeccionismo, las carreras y esa desconexión de no ponerme en primer lugar, me olvidaba de darme mi valor.
Y bueno, puede ser que por mucho tiempo lo supiera, pero el reconocerlo y dar el paso ha sido de las cosas más importantes de mi vida. Ahora estoy en este proceso de valorarme más, con mucha compasión y haciendo el trabajo conmigo misma.
Les cuento esto porque en ese proceso, muchas veces me ha pasado que cuando hago alguna propuesta por mis servicios me llegan preguntas como ¿estaré cobrando bien? ¿será muy poco o muy caro? ¿contempló todo el trabajo que tengo que hacer o se me olvidó algo? ¿me irán a contratar? ¿cómo estará cobrando la competencia?
Son preguntas súper válidas y que de una u otra manera estarán por ahí, pero que tal si las cambiamos por ¿esta oferta realmente valora todo? ¿me incluye? Reconocer que hay más que contemplar en nuestro precio que los costos de los materiales, la luz, el internet, los proveedores, las horas de trabajo, etc., y considerar nuestra experiencia y aporte en lo que hacemos, es valorarnos.
La herramienta más importante de nuestro negocio sin duda somos nosotras mismas. Es momento de ¡creérnosla! valorarnos y darnos ese espacio dentro de nuestro proyecto. Porque muchas veces solo vemos hacia afuera, pero para que las demás personas nos valoren, debemos nosotras valorarnos primero.
Conectar, comunicar, transmitir todo eso que está detrás, nos permite generar empatía y conexiones genuinas. Soltar que si alguna persona no me compró mi producto o servicio no quiere decir que sea porque es “malo” o “debo bajar mi valor”. Es ir aprendiendo y creciendo.
También es reconocer que somos consumidoras de otras personas, por lo que antes decomprar un producto o servicio solo por el precio y pensar “qué caro”, pensemos en todo loque hay detrás y sobre todo en el valor de esa persona.
Al final del día la invitación es a humanizar, conectar con nosotras mismas, con nuestrossueños y con nuestro valor.
Georgianela es una persona multidisciplinaria, apasionada por el emprendimiento, el desarrollo sostenible y la innovación social. Su motivación es cerrar brechas, brindando soluciones creativas ante problemáticas globales. Es licenciada en relaciones internacionales con énfasis en gestión de proyectos de la Universidad Nacional. Tiene más de 11 años en el sector y amplio conocimiento en proyectos de desarrollo, creando alianzas público-privadas, buscando fondos y diseñando estrategias de impacto. Es facilitadora de procesos de emprendimiento e innovación social. Sus aportes han beneficiado a más de 36 comunidades de Costa Rica y ha trabajado en diferentes proyectos en Nicaragua, Guatemala, Honduras, Panamá y El Salvador, con organizaciones como el BID Lab, CRUSA, Hivos, Impact Hub, entre otros.
Desde el 2019 es co-fundadora de Lumi Consulting, una empresa consultora que se dedica a guiar, acompañar e iLUMInar a personas emprendedoras en su proceso de transformación y aorganizaciones que quieran impactar positivamente en su entorno.
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