La llegada de las festividades marca un período especial, un mes impregnado de alegría, gratitud, conexiones renovadas y nuevos comienzos. Pero, mientras algunos se llenan de felicidad y bienestar, otros viven la época con emociones dolorosas o abrumadoras.
Numerosos factores contribuyen a que la temporada festiva se aleje de lo esperado, desencadenando emociones intensas y a veces contradictorias. Entre estos factores se encuentran: las expectativas de cómo deberían ser las cosas, la ausencia de seres queridos, las dinámicas familiares complejas, el agobio por numerosos eventos sociales, anhelos no alcanzados, dificultades económicas y desafíos en la salud física o mental.
Para quienes se encuentran viviendo el dolor por la pérdida de un ser querido, las fiestas pueden resultar particularmente dolorosas. Los recuerdos se acumulan y el deseo de tener a la persona cerca se incrementa. En este difícil proceso, es importante permitirse sentir y expresar el dolor sin juicio. Rodearse de personas comprensivas y solidarias que estén dispuestas a escuchar y que le permitan sentir el dolor. Crear rituales significativos en memoria del ser querido, como encender una vela o compartir historias, puede honrar su legado. En muchos casos, el acompañamiento de profesionales puede ser esencial para navegar por el duelo.
El manejo de las expectativas es vital en este período. Los ideales de cómo las cosas deberían ser, tienden a opacar la realidad de las situaciones, evitando la posibilidad de vivirlas y disfrutarlas plenamente. Durante esta temporada, permitirse experimentar lo que ocurra, expresar gratitud hacia quienes nos rodean y estar abiertos a sentir cualquier emoción que surja, son formas efectivas de evitar cargarse con expectativas irreales y sumergirse en el presente.
Adecuar los rituales y permitirse vivir estas fechas en función de tus propias necesidades puede ser una excelente opción, para quienes experimentan soledad por redes de apoyo limitadas o vínculos familiares que no calzan con el estereotipo ideal.
Los rituales que involucran regalos y compras pueden ser sumamente agobiantes para quienes se encuentran en situaciones financieras difíciles, por lo que es fundamental reconocer las dificultades presentes e intentar resaltar valores alternativos y rituales centrados en el amor, agradecimiento y compañía, que van más allá de lo material.
Para aquellos atravesando momentos delicados de salud física o mental, es importante recordar que está bien no estar bien. Pedir ayuda, aceptar los cambios y cuidarse a sí mismos, son acciones fundamentales.
En esta temporada de festividades, tendemos a veces a enfocarnos más en el bienestar de los otros y en ideales preconcebidos. El autocuidado es una pieza crucial para compartir de forma saludable con las personas que amamos, poniendo límites cuando las situaciones se vuelven desafiantes y permitiéndonos sentir y validar las emociones en el momento.
Conectar con la esencia de esta época implica agradecer por lo que sí está presente, vivir el momento presente y permitirse experimentar las emociones, convirtiéndose así en la clave para fluir en las festividades, incluso en momentos de dolor. Recordá que cuidar de vos misma, siempre es esencial, pero sobre todo, en esta época.
Lucía Díaz es Máster en psicología clínica de la Universidad de Iberoamérica. Con entrenamiento avanzado en Terapia Racional Emotiva Conductual del Instituto Albert Ellis de NYC. Entrenada en Terapia Focalizada en Emociones, Hipnosis Clínica y EMDR para manejo de trauma. Cuenta con más de quince años de experiencia en consulta privada de adolescentes, adultos y parejas, así como experiencia en trabajo hospitalario que realizó por seis años en el Hospital Calderón Guardia. Co-creadora del Podcast: De Terapeuta y Loco Todos Tenemos un Poco.
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