Descubrí por primera vez el mindfulness a través de los libros, debido a la gran curiosidad que despertó en mí, la meditación, el yoga y su filosofía.
Y tal vez muchas como yo se pueden sentir identificadas, una cuando empieza a conocer, practicar y leer, siente que no puede parar y que es el inicio de algo que realmente te puede transformar la forma en la que le respondés a la vida.
Pero con el paso de los años y con mayor madurez y guía, me quedó mucho más claro todo lo que había leído, aprendido e interiorizado, hasta llegué a darme cuenta de que muchas cosas las malinterpreté y que sin querer mi ignorancia no me dejaba ver donde realmente debía estar mi atención.
Y, es que a veces creemos entender y practicar algo, pero lo hacemos realmente de la boca para afuera, utilizando todo lo que vamos aprendiendo para alimentar el ego. Pero no todo llega a la esencia y ese viaje para que todo se conecte a veces es largo. Hay que llenarse de humildad y hacer las paces con la vulnerabilidad para poder transitarlo.
Y con esto no digo que la atención plena o mindfulness sea difícil, si no, más bien quiero que se entienda que la esencia realmente está en su simpleza.
La misma simpleza que le da forma a nuestra presencia.
Vivimos en la rapidez de un mundo que nos prohíbe parar, que nos dice que afuera es el enfoque, cuando la realidad es que el autoconocimiento es la maestría para cualquier práctica de meditación.
Muchas veces nos vamos llenando de cursos, cristales, altares, seminarios y libros, porque vamos avanzando en un camino espiritual, pero la realidad es que el camino espiritual como tal no te pide nada, porque ya tu vida es por si sola espiritual y tu cuerpo físico es el vehículo que te permite experimentarla a través de los sentidos.
Y ese fue mi mayor descubrimiento, no ocupo nada, ya lo tengo todo.
Todo lo que necesito está conmigo.
Existe una tendencia en ver la meditación como un proceso de algunos pocos que logran la quietud o la calma mental como si fuera un proceso de superación personal.
Pero realmente es para todos.
Es para vos que no sabés nada de meditación, pero salís a caminar con tu perro en presencia absoluta, dirigiendo la atención a cada sensación de la caminata.
O para vos que no tenés idea de la filosofía budista, pero sos consiente de tu ciclo menstrual y cómo te vas sintiendo en cada etapa, aceptando el hoy con todas sus tonalidades, entendiendo que todo cambia y que nada tiene que ser igual que ayer o mañana.
O para vos mamá, que tal vez no tenés ningún acercamiento con el yoga, pero estás en la madrugada alimentando a tu bebé, observando su rostro, su pelo, sus manos, aún cansada, estás entregada a lo que en este momento la vida está necesitando de vos.
Entonces no es necesario para la espiritualidad y la presencia un gran currículum que avale tu conocimiento.
Lo que sí es necesario es conectar con la vida misma, con lo que está sucediendo en este momento, esa es la práctica real, ahí está esa maestría de autoconocimiento.
Si no has tenido la oportunidad de irte a un retiro de silencio, no pasa nada. No es necesario.
Aun así podés tener una práctica real los 365 días del año en tu casa, en tu trabajo, con tu familia, ahí podés cultivar claridad mental, conexión, paz en tu corazón y ecuanimidad, ahí en tu día a día.
Es en tu día a día con paciencia, con humildad, y sumando un día a la vez hábitos que generen las mejores condiciones para que tu alma, tu mente y tu cuerpo se sientan presentes. Prestándole atención a todo lo que ocurre, centrando la atención en lo que está sucediendo, en lo que realmente es, así sea pequeño, o sea grande, pero centrando la atención con aceptación y agradecimiento.
Para la meditación no hay un destino final como tal, es el camino, es este momento presente, es la práctica que elegiste.
Un momento a la vez.
Una respiración a la vez.
Jessica Castillo es ingeniera industrial y se dedicó a eso durante varios años, hasta que eligió ser una emprendedora de la buena energía y la presencia. Actualmente, se dedico a formar profesores de Yoga & Meditación. Le encanta acompañar a las personas a despertar en el viaje de la vida. Le gusta mucho escribir y compartirlo a través de su cuenta en Instagram.
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